SUCEDIÓ
EN UBRIQUE Jorge Bayón
(Continuación)
3
Y
leyeron el conjuro número 136, que llevaba por título:
Conjuro
para librar a los pueblos de España de malos alcaldes y
gobernadores corruptos.
Hay
que ver la que se organizó. Poderoso conjuro era aquel. No
bastarían diez tomos de los gordos para explicar todo lo
que sucedió en un solo mes, aquí solo vamos a poner
un escueto resumen.
Pues
verán: como bien decía el título del conjuro
éste se cumplía en todo el territorio español
y no solo para alcaldes, sino también para gobernadores, y
en este apartado se incluían todas las personas que
gobernaran sobre algo o alguien, así que empezaron a
desaparecer directores de bancos y empresas, directores de
colegios y centros de salud, ... y, lo que es más gordo,
ministros, presidentes y casi todos los políticos de los
distintos gobiernos central y autonómicos.
En
los primeros momentos nadie sabía qué hacer, en la
mayoría de los lugares eran reemplazados los gobernantes
por los siguientes de la lista y automáticamente
desaparecían, se diluían en el ambiente. Solo
aquellos hombres buenos que trabajaban con humildad por su pueblo
y la gente que le había elegido permanecían,
aquellos que no gustaban de disfrutar preeminencia alguna y eran
servidores de los intereses comunes.
Hubo
unos días de caos absoluto:
No
había gobierno central en la nación y los sucesivos
que fueron nombrando desaparecían. Quisieron algunos que
se hiciera cargo del gobierno una junta de militares pero... ¿qué
militares si la mayoría de mandos de nuestro ejército
había desaparecido?.
El
clero también intentó, como quien no quiere, tomar
el mando, pero no solo se vió sin obispos ni arzobispos,
sino que de cada diez poblaciones nueve se quedaron sin párroco.
Las
mayores empresas de la nación se habían paralizado
al desaparecer sus dueños o directores. También los
transportes y las comunicaciones.
Las
naciones "amigas", viendo el caos en que nos
encontrábamos y sabiendo que estábamos sin ejército
quisieron "ayudarnos". Y Portugal, por un lado, y
Francia por otro con el apoyo de ingleses y americanos, mandaron
sus tropas para invadirnos. Pero les salió "rana",
porque no hicieron más que atravesar nuestras fronteras y
a ellos también les desaparecieron todos los mandos, así
que la soldadesca, sin nadie a quien obedecer, retornó
asustada cada uno a su país de origen.
La
gente, que no es tonta, se fue dando cuenta de lo que estaba
pasando y aunque no llegaba a comprender las causas últimas
del porqué estaba sucediendo (eso solo lo sabíamos
nosotros) se alegraba interiormente de que fuera así.
Comenzaron
en algunos pueblos a organizarse formando asambleas de gobierno.
En las fábricas y empresas que habían quedado
paradas por desaparición de sus jefes y ejecutivos tomaron
el mando comités de obreros... y todos tuvieron que
unirse, porque comprendieron que se tenían que ayudar los
unos a los otros. Nadie intentaba mandar, sino servir, pues
aquellos que, por interés o vanidad, pretendían
gozar en sus cargos de alguna prebenda, desaparecían
automáticamente.
Y
comenzó a ser el país más próspero de
la Tierra, porque sus gentes trabajaban para ellas mismas y para
sus hijos y no para los especuladores. Y aprendieron a gobernarse
ellos mismos, eligiendo a sus representantes en asamblea; fueron
verdaderamente libres. Y entre todos compartían las
riquezas y el trabajo. Y como no necesitaban ejército
invirtieron sus riquezas en crear Escuelas, Universidades y
Talleres de Arte. Y había mucho tiempo para hablar,
planificar y también para divertirse. Y prosperó el
amor, y la amistad, y la solidaridad.
fin
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